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SABERES Y SABORES DE LA INSERCIÓN LABORAL.




Después de hacer algunas aportaciones en las publicaciones anteriores de diversos temas, debo admitir que en las circunstancias actuales por las que atraviesan nuestros jóvenes egresados, mantengo un gran interés de colocar el tema de la inserción laboral como un asunto sumamente preocupante y llamar la atención a los tres niveles de gobierno para que se establezcan políticas públicas que atiendan de inmediato esta problemática y convocar al sector empresarial para que otorguen las facilidades y procuren el acceso al mundo laboral de los jóvenes egresados de cualquier carrera. Este es el motivo principal por el que me atrevo a compartir algunas ideas que nutren el debate nacional e internacional de la etapa de transición de los jóvenes egresados del sistema educativo al mercado laboral.

A fin de contextualizar el tema, quiero compartirles la siguiente experiencia: en una ocasión al término de una de mis clases que imparto en la Facultad de Contaduría y Administración de la Universidad Autónoma de Guerrero, sembré la preocupación en mis alumnos de la licenciatura en contaduría, cuestionándolos ¿Qué tantos conocimientos de contabilidad habían acumulado a la fecha? ¿Cuántos realizaban sus prácticas en un despacho contable o en el área de contabilidad de alguna empresa? ¿Sabían dónde trabajarían al término de su carrera? ¿En que trabajarían? Y tal vez abusando de mi investidura como maestro me fui hacia un cuestionamiento más a fondo: ¿Saben por qué están aquí? Por supuesto, jamás fue mi intención la de provocar un deterioro emocional en ellos. Al contrario, fue una llamada de atención para decirles que estaban a tiempo de tomar la mejor decisión de su vida: ir adentrándose al mercado laboral a través de la práctica profesional en alguna empresa o despacho contable.

En efecto, en el contexto socioeconómico y sociocultural en el que se desarrollan los egresados, el proceso de inserción va a colocar en el ámbito laboral a individuos que en la gran mayoría de los casos no cuentan con una trayectoria o no tienen experiencia en la esfera de su competencia técnico-profesional y más grave aún, habrá casos de individuos que apartados de la práctica profesional no cuentan con los conocimientos necesarios para desempeñarse laboralmente y sus credenciales son mínimas.

Pero, ¿Cuáles son los saberes que garantizan una mejor inserción laboral y por ende el éxito profesional de los egresados?, Dirían los expertos, en este sentido “no hay mucho margen de maniobra”, puesto que la reconfiguración de la curricula en las carreras profesionales está fuertemente relacionada con los grandes cambios socioeconómicos y socioculturales de las últimas décadas. El conocimiento cambia de manera constante y permanente, con mucha rapidez se vuelve obsoleto y deja al descubierto profesionistas desfasados y con frecuencia improvisados. En este sentido, los jóvenes asumen los procesos de transición laboral en medio de la incertidumbre, tanto respecto de las oportunidades laborales como acerca del valor de sus conocimientos y experiencia en el mercado de trabajo.

Las actuales propuestas de diseño curricular que conlleva los nuevos modelos educativos, han integrado la formación en competencias profesionales, sin separar de ello la ética. Esencialmente se trata de general una formación integral de los futuros profesionistas que desarrollen los conocimientos (saber) necesarios para desempeñarse laboralmente (saber hacer) con valores éticos y morales (ser). Entonces en esta lógica nuestros egresados estarían bien preparados para enfrentar el mercado laboral, dado que, las instituciones de educación superior formulan los planes de estudio de las diferentes carreras, y parten del supuesto de que al concluir sus estudios los egresados se incorporarán al mercado de trabajo.

En efecto, especialistas señalan que las características fundamentales de un mercado de trabajo están fuertemente influenciadas por la globalización, la evolución tecnológica y las nuevas formas de organización laboral lo que, en suma, generan nuevas exigencias en la formación profesional. En este sentido, es muy acertado que estos elementos se constituyan como contenidos conceptuales en algún plan curricular, sin embargo, no constituye la totalidad de aprendizajes, puesto que el alumno también adquiere habilidades, destrezas, conocimientos, valores y actitudes que, de manera implícita o explícita se asimilan y se transmiten en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Sin embargo, las primeras experiencias laborales muchas veces cambian las expectativas de los egresados. Su primer empleo en ocasiones les deja un sabor amargo y una mala experiencia a veces un poco decepcionante, pues se enfrentan a un esquema de bajos salarios, pocas posibilidades de desarrollo y un alto margen de desigualdades sociales y económicas que en la mayoría de los casos se traducen en un trato injusto e ignominioso. La realidad es que jóvenes y sociedad en su conjunto, nos sometemos a diario a una crisis que genera el modelo neoliberal de acumulación del capital y el aumento de la pobreza en el mundo y en México.

Y es que a decir de los expertos, en las condiciones actuales de desarrollo de nuestro país, los jóvenes egresados de universidades mexicanas se enfrentan a un problema serio para la inserción, las posibilidades de ingresar en condiciones adecuadas al mercado laboral son cada vez más reducidas (Dijera mi maestro David Rumbo Alejandri en su famosa cátedra de economía: “se reducen a su mínima expresión”)  y actualmente, los jóvenes tienen menos oportunidades de insertarse en puestos de calidad que los de generaciones anteriores, según los estándares de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Con la idea de asumir algunas conclusiones, debería de ser obligatorio que un estudiante de licenciatura cubra primero una etapa de prácticas profesionales previas a la inserción laboral, para garantizar con éxito su desarrollo profesional, que le dará un estatus diferente en el ámbito laboral. Esto debe de ser un recurso institucional que deben de asumir las instituciones de educación superior (IES) ya sea públicas o privadas, para establecer un tono más competitivo en sus ofertas educativas y generar mejores profesionistas.

Estas dos etapas (inserción laboral y desarrollo profesional) son etapas íntimamente ligadas, van de la mano y una precede a la otra. Estos temas han sido considerados como estratégicos a gran escala para la economía de cualquier país, por eso la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ya había advertido en el 2014 que los asuntos importantes de los debates públicos en torno a la educación superior cambian rápidamente y deben considerar todos los temas que abordan las relaciones entre la educación superior y el mundo laboral.

Difícilmente se podría establecer conclusiones con mayor profundidad del tema en cuestión, sin embargo, creo que puede concluir en las siguientes reflexiones:  el estudiante enfrenta con una escasa o tal vez nula ayuda por parte de la institución educativa la identificación de sus capacidades adquiridas (evaluación), su demostración al momento de la contratación (credenciales), la elaboración de su historia laboral o la realidad empresarial. En este sentido se debe de tener en el egresado ciertas cualidades como capacidad real y comprobada, formas de comportamiento que en diferentes situaciones asuma una correcta toma de decisiones. Adopte un sistema interactivo de conocimientos, habilidades, valores y actitudes. Ante todo, el egresado debe de estar preparado para enfrentar la realidad compleja del proceso de inserción laboral. Así, la experiencia del primer empleo dejará un mejor sabor de boca.


Comentarios y sugerencias: juliocesarcj@gmail.com
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Dr. Julio César Cortéz Jaimes. Es Licenciado en Contaduría por la Universidad Autónoma Guerrero, cursó la Maestría en Administración en la Universidad Autónoma Guerrero, cursó la Maestría en Finanzas (Instituto de Estudios Universitarios IEU-Puebla). Realizó estudios de Doctorado en ciencias de la educación en el Colegio mayor de San Carlos, campus pacífico.  Realizó los cursos de “simulación de políticas de empresas” y el “seminario de administración internacional comparada” (mayo-junio 1993) en la Universidad de Quebec en Montreal, Canadá. Cursó el Diplomado en Informática Gerencial en la Universidad Autónoma Guerrero. Cursó el Diplomado en Diseño Curricular por Competencias Profesionales impartido por la ANUIES (Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior). Cursó el Diplomado en gestión financiera en el Instituto de Estudios Universitarios IEU-Puebla. Director de la Facultad de Contaduría y Administración (2012) de la Universidad Autónoma de ...

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