Me atreví a retomar el tema de los proyectos productivos
por la experiencia que nos aporta el convenio de vinculación que tiene la Universidad
Autónoma de Guerrero (UAGro), con el sector productivo de la costa grande,
particularmente con la coalición de ejidos-UNORCA con sede en Atoyac de
Álvarez. Desde el 2010 se han venido
impartiendo cursos de capacitación relacionados con los proyectos productivos
contenidos en el Diplomado en Administración Rural, y para atender con mayor
precisión las necesidades de la región,
se transformó para este año 2017 en Diplomado en Administración de Agroproyectos,
en dónde participan activamente todos los sábados, Catedráticos de la Facultad
de Contaduría y Administración (FCA) en coordinación con Catedráticos de la
Escuela Superior de Ciencias Ambientales, campus llano largo. A este equipo de
expertos de la UAGro se le incorporan los proyectistas especializados en
proyectos productivos de la coalición de ejidos-UNORCA.
¿Qué tiene de particularidad este Diplomado?, a lo largo de
más de 7 años se han capacitado 123 microproductores vinculados a actividades
productivas como el café, la miel, el mango, el coco, entre otros, en donde se
han puesto en marcha 12 proyectos productivos de los cuales aún se encuentran
en desarrollo ante la falta de fuentes de financiamiento apropiadas para poder
anclar estos proyectos en el desarrollo de la economía regional de la costa
grande.
En espacios académicos tales como foros, congresos a los
que he asistido, así como conferencias que he impartido, la insistencia ha sido
una constante en mi discurso, de impulsar políticas públicas para incentivar
las actividades productivas que diversifiquen la economía del estado, que aún
sigue dependiendo del turismo ahora tan solo nacional ante el poco o casi nulo
número de visitantes extranjeros. Si bien es cierto que el campo se encuentra
descapitalizado y desorganizado para poder impulsar macroproyectos también es
fundamental y prioritario que se capaciten a los campesinos microproductores
para que sean ellos mismos quienes diseñen y gestionen sus proyectos
productivos. Promuevan la creación de agronegocios y generen en alianza con las
organizaciones y el gobierno en sus tres niveles, canales de comercialización
apropiados para sus productos.
En este sentido, la UAGro cumple una función y
responsabilidad social importante, ya que el diplomado en Administración de
Agroproyectos brinda la oportunidad de conocer a los participantes aspectos
generales de administración y del proceso administrativo con un enfoque hacia
los emprendimientos sociales para el campo. La planta docente el cual se
combina entre instructores de la coalición de ejidos–UNORCA, dan cuenta a los
participantes del marco legal y fiscal de los agroproyectos, de las fuentes de
financiamiento para los agroproyectos, así como aspectos relacionados con las
marcas y canales de comercialización, la agricultura orgánica y los
agroproyectos sustentables. Sin embargo, es digno de reconocerse el trabajo que
realizan los proyectistas de la UNORCA, pues son ellos los responsables de
impartir los conocimientos con base a su experiencia de la elaboración y
gestión de los proyectos productivos.
A pesar de todos estos esfuerzos en conjunto que hace la
UAGro y la coalición de ejidos-UNORCA, prácticamente existe un nulo desarrollo
de la empresa social agropecuaria, puesto que el enfoque que se pretende en el
desarrollo de programas encaminados al apoyo al agro Guerrerense no da como
resultado un modelo de desarrollo económico que modifique las condiciones de
pobreza y marginación, que resuelva el problema de la falta de empleo, que haga
útil las grandes extensiones de tierras improductivas, que solucione la falta
de oportunidades y lo que es más latente, que detenga el incremento cada vez
mayor de la emigración de la población rural hacia las ciudades, hacia otros
estados del país e incluso hacia el extranjero, situación que deja un panorama
deplorable y condiciones inciertas para las futuras generaciones.
Es urgente pensar y repensar la problemática del campo Guerrerense,
analizar todas las variables que intervienen y que generan estas condiciones
para poder buscar una propuesta que garantice solucionar de tajo esta ambigua
situación.
Este tema es tan complicado que en el sector empresarial ya
se analiza desde diferentes enfoques, y efectivamente, Ricardo Reynoso L; quien
es Gerente de Comunicación de la Fundación Mexicana para el Desarrollo Rural
(FMDR), sostiene que la desigualdad en materia económica que se vive México es
alarmante, la distribución de la riqueza en nuestro país es una de las peores
en el planeta, unos pocos concentran la mayor parte del ingreso nacional,
mientras la mayoría de la población enfrenta graves problemas para subsistir. Y
algunos sectores sufren más que otros.
En este sentido el sector rural o sector agrario es el más
desprotegido y el que sufre mayormente estas desigualdades, es decir, más de 12
millones de personas dependen de manera directa o indirecta de la actividad
productiva del campo mexicano y viven en condiciones paupérrimas que generan
una gran indignación. Si a esta problemática le agregamos un excesivo aparato
burocrático de dependencias gubernamentales que atienden el asunto del campo,
arruina más las condiciones del campo mexicano.
La propuesta para resolver la problemática del campo
Guerrerense es impulsar de inmediato un plan estratégico, es decir, se requiere
urgentemente de dotar a las verdaderas organizaciones campesinas de un proyecto
y programa de gran impacto. Sin ningún intermediario, bajar los recursos de
manera directa para reconstruir la economía campesina. Sentar las bases para su
desarrollo implica mayor educación y capacitación al campesino, dotarlos de
tecnologías, de infraestructura, de servicios públicos, que se sientan cómodos
y seguros de trabajar sus tierras, de darle un precio justo a los productos del
campo, de generar auténticas cadenas de comercialización.
Usted amigo lector puede contribuir a ayudar al sector
campesino, por ejemplo, consuma café o miel que se produce en el campo Guerrerense,
jamaica de la costa chica, plátano o papaya de la costa grande, etc. Así, pensará
dos veces en comprar productos del campo en grandes cadenas comerciales internacionales
o bien acudir a centros locales de distribución como los mercados populares o
centrales de abastos donde nuestros campesinos ofrecen productos frescos,
naturales, de calidad garantizada y de precios competitivos.
Agradezco sus comentarios a: juliocesarcj@gmail.com
Copyright © 2017. Julio C. Cortez J. All rights reserved. Septiembre del 2017.
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